Pedro Boj, agachado 2º por la izd.(1999) |
Fue allá por el año 92 cuando iniciaba yo mis
primeros escarceos como entrenador y fundaba un club, el Club Atletismo
Santomera al que le dedicaré algún día unas líneas.
En los inicios del Club se me presentó un niño de 10 años con
cara de bueno y pequitas en la cara que quería ser atleta, se llama Pedro
Antonio Boj Pérez, para todos Pedrito y en el fondo sigue siendo ese niño ya con
su sueño cumplido de haber sido atleta. Hasta hace bien poco compartía
entrenamiento y competición con todos nosotros pero ahora ha iniciado una nueva
carrera en su vida.
Quiero unir mis sentimientos a las líneas que nuestro
buen amigo Antonio Correyero ha escrito para él. Os las hago llegar aquí y le
mando a Pedro un abrazo muy grande y se que pronto haremos alguna nueva ruta
juntos.
“El otro día
me reencontré con un buen amigo que hacía tiempo no veía y me alegré mucho
porque es una buena persona lo primero, le gusta practicar deporte lo segundo y
tiene una serena mirada que te dice aquí estoy para lo que necesites lo
tercero.
Le dije "¡pero si estás
vivo!", frase hecha que pronunciamos cuando llevamos bastante tiempo sin
ver a alguien, pero en este caso las admiraciones estaban más que justificadas.
Un problema cardiaco le ha mantenido en jaque durante un tiempo, con los
consabidos temores, incertidumbres, etc., etc. Gracias a los avances médicos y
tecnológicos con la colocación de un desfibrilador en su pecho de forma
permanente el problema se ha solucionado, ahora es más que nunca un Ironman.
Cuando me lo encontré iba caminando a
buen paso con familiares y amigos, me dijo que deporte de alta competición por
el momento no podía realizar, sólo mantenimiento, sin pasar de las 165
pulsaciones, y yo pensaba, quién pudiera, ¡ojalá!. Me lo dijo con un toque de
nostalgia, es joven, 31 años, pero muchos años los suyos en el mundo de la
competición.
A veces sucede que nos olvidamos que
cada mañana cuando amanece y abrimos los ojos estamos comenzando la gran
aventura de la vida, la más alta competición a la que nos podemos enfrentar y
con la que más disfrutamos, si sabemos y podemos afrontarla claro.
Al principio lo calificaba de Campeón,
campeón de la vida, ha ganado muchas y duras batallas, y la más grande también
la ha ganado, ha superado una prueba difícil donde las haya, una batalla donde
se pierde el conocimiento y el control sobre uno mismo y se está a merced de lo
que dicte la naturaleza, la muerte o la vida, Pedro, porque así se llama este
buen amigo, se agarró a la vida con ímpetu y ha ganado.
Atrás quedan sus numerosas
participaciones en competiciones desde infantil, cadete, promesa, senior, en
atletismo y en duatlón, pista, cross, media y larga distancia, buenas marcas,
buenos puestos y resultados, lo que le pusieran por delante, Pedro, ¡que te
quiten lo bailao y olé!.
Quedan muchas batallas por delante
porque la vida es así, eso es evidente, pero con el espíritu de campeón, de
deportista nato, uno va con ventaja, las afronta de cara, con coraje, fuerza y
determinación, no arroja la toalla, como mucho afloja el ritmo y sale vencedor
siempre, pues la lucha es contra el lado oscuro de uno mismo. Las series, los
entrenamientos y la soledad del corredor no quedan en vano, no, van en la
mochila de la vida, la superación, la vista fija en el horizonte, en el más
allá, venga que queda poco, un poco más de esfuerzo, el yo puedo, etc. nos
empuja hacia delante, hacia la meta que es vivir.
Gracias Amigo porque me has dado y
sigues dando una lección, nunca has bajado los brazos.
La vida siempre nos pone a prueba, nos
exige "peajes" que hay que pagar, a veces se pueden evitar y otras
no, esa es la dura realidad, el deporte de alta competición no lo es todo, el
simple hecho de estar bien y poder practicar una actividad física no es poco es
mucho. Ya sé que lo llevamos en la sangre, hemos heredado en nuestra memoria
genética el impulso de salir huyendo, corriendo como en aquellos tiempos
remotos en los que para sobrevivir a la persecución de fieras o practicar la
caza de mamuts; la fuerza pero también la inteligencia nos hacía ir hacia
delante, la evolución, porque lo importante es no dejar de avanzar, como tú
siempre has hecho, en el deporte, en el trabajo, en los estudios, en las
relaciones personales con los demás, nunca has bajado los brazos, como mucho has
disfrutado de un merecido descanso.
Sigue así y seguiré admirándote
Campeón.
Gracias Pedro, con tu serena sonrisa me
recuerdas lo afortunados que somos al tenerte entre nosotros y lo maravillosa
que es la Vida, nos vemos en las carreras populares, en las largas travesías
senderistas pirenáicas o donde tu quieras fenómeno, la cuestión es no parar.”
Para tí este poema de Antonio Machado:
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.
Antonio
Correyero
De la Revista "Atletismo Santomera 1994) |
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